Cayó el telón de la Copa América Centenario 2.016 y con el se inicia un ciclo de comentarios, críticas y análisis de las actuaciones, individuales y en conjunto, de cada uno de los participantes. Desde esta tribuna me voy a permitir enfocar, lo que a mi juicio, fue lo bueno, lo malo y lo feo de este evento, el cual estuvo signado por una serie de hechos que vale la pena resaltar.
Lo bueno: De inicio tengo que resaltar la gran organización del evento en todos sus aspectos, protocolar, logístico, publicitario y técnico. En lo protocolar hubo un despliegue de sincronización de cada uno de elementos participantes: Salida y despliegue de cada una de las banderas de los equipos y estandartes de las organizaciones, alineación impecable de los equipos contendores acompañados de una bella representación infantil, como siempre se ha visto. Por otro lado cabe especial mención la conducta del público asistente a cada partido ya que no hubo incidente alguno que pudiera haber atentado con el buen desarrollo de la competencia. Igualmente debo señalar en la parte logística los comentarios de algunos jugadores y técnicos entrevistados, quienes coincidían en señalar la ausencia de fallas en este renglón. Ya hablando del aspecto técnico, sin duda que fue un torneo donde participaron las mejores selecciones del continentes americano con sus respectivas estrellas de carácter internacional, y donde pude observar un arbitraje de calidad, con alguna excepción, que pudo y supo mantener el pulso y el orden en cada encuentro, evitando cualquier tipo de desborde de conducta. De igual manera debo señalar la buena actuación de nuestra vino tinto, la cual compitió con algunos jugadores nóveles y que demostró que con más fogueo pudiera figurar en mejores posiciones en las próximas competencias. Por último felicitar a la selección Chilena por ese contundente triunfo ante un selección Argentina improductiva, esperando el milagro Messi que nunca llegó. Chile con su aguerrido juego, en oportunidades algo rudo, demostró casta, orgullo y disposición en el campo de juego para llevarse el máximo galardón.
Lo malo: Lamentablemente debo enfocar este aspecto ya que forma parte del análisis, y al respecto debo señalar las excesivas tarjetas, rojas y amarillas, por parte del arbitro Brasileño Heber López, quien dirigió el encuentro final entre Chile y Argentina Y es que este carioca tiene fama de "tarjetero" ya que en competencias anteriores mostró a los jugadores hasta 11 tarjetas, 9 amarillas y 2 rojas en un mismo juego, siendo esto un record.
También podemos resaltar como "malo" la actitud de Lionel Messi, quien una vez terminada la copa y en franca actitud de frustración, anunció al mundo su decisión de renunciar al seleccionado albiceleste, diciendo que "ya está, ya lo intenté mucho.Me duele más que a ninguno no poder ser campeón con la Argentina. Me voy sin poder conseguirlo". Pienso que con ese paso trascendental, Messi no sólo afecta a la selección si no a un sinnúmero de seguidores y fanáticos del fútbol, al país Argentino en pleno y a todos aquellos que creemos en lo el hace dentro y fuera de la cancha, porque eso lo ha llevado a ser el mejor jugador del mundo. Esperamos que por haber tomado una decisión tan abrupta y en un momento de congestión emocional, el sepa reconsiderarla y dar un paso atrás para seguir adelante.
Lo feo: No solo lo feo lo podemos apreciar en lo físico; que feo está ese edificio o que feo está tal o cual persona, no, también en los sentimientos y en los gestos podemos calificar si son buenos, malos, bonitos o feos. Y es que la actitud de James Rodriguez, delantero de la selección Colombiana, dejó mucho que desear, ya que el susodicho jugador una vez que recibió la medalla como integrante del equipo Colombiano, el cual ocupó el 3er. lugar, dio media vuelta y se la quitó con un gesto de desdén, siendo esto visto por todo aquel que observaba el acto de premiación. Es que acaso le deshonraba haber ocupado esa posición?, si es así debió haber jugado mejor para poder aspirar a otro lugar en la tabla de posiciones.
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